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DESNUDO FRENTE AL ÁNGEL
No era tiempo de asombros, de repente
tu mano se juntó a la mano mía,
y sin querer mi ocaso se vestía
de overoles de música en la frente.
De pronto el agua como si era puente,
de pronto el puente como si alegría,
y una guitarra tonta al mediodía
rasguñando las cuerdas del poniente.
Un pájaro tu risa. Tu manera
de tenderte a mi sombra y mi palmera
cuando a mi hielo tu fulgor vencía.
Tu recuerdo en la puerta del olvido
y este enjambre de sueños sin sentido
me desnudan la carne todavía.
Rodrigo Pesántez Rodas, Ecuador
“Premio José Vasconcelos”, 1996
EL LABRADOR
Despierta con el alba; se despierta
con el canto del gallo, cuando el viento
todavía es un ay del firmamento
tachonado de estrellas. En la incierta
mañana, casi bruna, pone alerta
el debe y el haber de su elemento:
su lucha, su trabajo, su contento,
su derrota quizá, y acaso cierta.
Pero la luz le pone a contracanto
un reflejo de amor desde su altura,
un vino desgarrado por su empeño.
Y el hombre, medio iluso y medio santo,
a corazón abierto, a sangre pura,
se embriaga en la esperanza de su sueño.
Nicolás del Hierro, España
LA CIEGA Y SUS ESPEJOS
Como no quiero descubrir la nada,
como me gusta el aire de esta escena,
ignoro si humedece o si resuena,
el corazón de tórtola cazada.
Como no admito golpe ni embajada
pues creo que la muerte nunca es buena,
la pobre que alimento casi cena
una tonta merienda, enamorada.
A veces conversando con el plomo:
arráncame ––le digo–– trapos viejos,
y volveré del vino este que tomo
en ceremonias con el no y el lejos;
terca en mi eternidad, porque soy como
la ciega que se mira en sus espejos.
Carilda Oliver Labra, Cuba
De su libro “Desaparece el Polvo”
NICOLÁS DEL HIERRO*
Sobre los mares de la paz humana
navega tu conciencia a sotavento.
Corren olas de vida al son del viento…
y el sol dona su luz a la mañana.
A lo lejos repica una campana.
Un camino se abre en un momento.
Expande un ruiseñor trinos y aliento
al compás de tu lírica fontana.
El fulgor de tu verbo… al infinito
me Hermana, y en mi sangre queda escrito
el verso de tu huella soleada.
Ahora, que ya domino los inviernos,
mi voz acude presta a la alborada
que tus jardines crean de la nada.
CARLOS BENÍTEZ VILLODRES
(Del libro SIMEPRE EN VUELO.
Edita: Área de Cultura del Excmo.
Ayuntamiento de Málaga, 2005
PAS DE DEUX (CON TU CUERPO)
Voy a morir así, de buena gana,
con el placer de amarte todo el día.
Plantaré mi insurgente rebeldía
como dulce visión en tu mañana.
Veladora será la flor que miente,
irónica la parca y su reflejo.
¿Y dónde quedará la voz que alejo,
si la distancia llora reverente?
El hombre es un orate de la niebla
que suspira dolores ancestrales.
Hirientes son los cantos magistrales
cuyos designios la esperanza puebla.
¡Tu bálsamo me salva de estos males,
de mis dardos violentos y verbales!
Odalys Leyva Rosabal, Cuba
De su libro “Pacanda”
Frente de Afirmación Hispanista, 2008
CUANDO EL ROCE DE TU ALA
Cuando el roce de tu ala
me parte el corazón,
en locura de luz resplandeciente
has de gozar mis zumos, Soñador.
Qué locura suspendida de alma en alma.
enraizados tu agua pura y mi candor,
con tu luz de siempreviva ya en mi frente
en la fuente primitiva del Amor!
Qué dorados siderales de campanas
y qué salmos en celeste radiación!
Otra vez tu polvo cósmico en mi mano
enguantará de oro mi dolor.
Y andaré tu mariposa para siempre
sin mi límite de arcilla, en ascensión,
destilada por tu luz de Luz Viviente,
convertida en una gota de Tu amor.
Marta de Arévalo, Uruguay
De su libro “La luz en que vivo”
EL CAZADOR
Regresaba de caza, mas extravió el camino,
y alegre, al trote vivo de su cabalgadura,
llegóse hasta el albergue pobre del campesino
con una corza muerta cruzada en la montura.
Esa noche la cena se prestigió de vino,
la niña de la casa retocó su hermosura,
y al tierno y suave influjo del calor hogarino
nació el más suave y tierno calor de la Aventura.
Y él marchóse de prisa la mañana siguiente…
Quizás entre la noche ––celestina prudente––,
hizo algún juramento que le entreabrió la puerta;
mas él no recordaba… Marchó por la campiña,
alegre, como vino; y el alma de la niña
cruzada en la montura como una cierva muerta.
Rubén Martínez Villena, Cuba
CON DIOS TODO
Cuando tu corazón esté contrito
por un pesar que el alma te lacera,
acuérdate de Dios que por doquiera
extiende Su poder que es infinito.
Invócalo con fe, pues no hay delito
ni penas que no esfume si sincera
te brota una oración y a tu manera
conversas con Su espíritu bendito.
¡No olvides que sin Dios no tienes nada!
¡En Él encontrarás la paz ansiada
si imploras con fervor Su bendición!
¡Recuerda que con Dios lo tienes todo!
¡Que quedarás sin mácula de lodo
si entregas a Su amor tu corazón!
Hortensia Munilla Tauler, EUA-Cuba
De su libro “Al Compás del Soneto”
Regreso
Sola me he de marchar, como una ola
cansada ya de tanto ir y venir.
si sola me encerraron a vivir,
del mundo escaparé también yo sola.
Soy una milenaria caracola
que al mar hospitalario va a dormir,
un barco siempre a punto de partir
hacia el amanecer de una amapola.
Por claro timonel llevo una estrella
que guarda, como púdica doncella,
su rostro de los ojos de la bruma.
Mañana, cuando el cielo me reclame
y alguna nube lágrimas derrame,
se fundirá mi alma con la espuma.
Ivonne Martín, EUA-Cuba
De su libro “Con la madera de los sueños”
ANANKASMUS
Temblar por haber visto lo ya visto
ese sol tras el mar, en el oriente,
los dulces arrecifes que se toman
isla negra de perros moribundos.
La tristeza de andar solo en la noche
parado sin mirar en esta sala
de espejos que la muerte va borrando.
Saber que en esta eterna algarabía
se ha de romper el nudo tras la puerta.
Subirás a esconderte iluminado
Subirás a lo oscuro que se cierra.
Alma frágil que en vano te debates,
volverás a las ratas de la orilla.
Liudmila Quincoses Clavelo, Cuba
Frente de Afirmación Hispanista, 2002
DE FUEGO
Ardiente, su sensual naturaleza
en la sangre de Febo se concibe.
Se prodiga fecundo. Lo recibe
la vida, que atesora su riqueza.
Mas, si la llama crece, en su fiereza
todo se amustia… ¡nada sobrevive!
Voraz depredador, el fuego vive
del seno que le otorga su flaqueza.
Igual que al aire, lo gestó el arcano.
Jamás pudo soltarse de su mano
que inconstante lo extingue o lo incentiva.
Sólo una chispa bastará en la yesca
para que el fuego se propague y crezca:
Hereje o sacro… ¡Su fulgor cautiva!
Eva Falótico Gandolfi
De su libro “Condición de Pájaro”,
BARRANCO DORMIDO
Se despiertan de pronto los sentidos,
y las serpientes reptan por mi piel
por beber de mi cuerpo amarga hiel
desbordando barrancos ya dormidos.
Destrozados los dogmas consentidos
hemos roto esa torre de Babel
controlando animal de cascabel
que sin valores siguen corrompidos.
He sentido quejidos de quebranto
desgarrando mi carne con asombro
y un proyecto al futuro del espanto.
De hojarasca otoñal luego te alfombro
por regarte con lluvia de mi llanto;
y al llorar tú reposas sobre mi hombro.
Mª Jesús Lozano Cáceres, Gran Canaria
LA PALOMA VERDE
Hubo una vez una paloma verde,
hubo también un ángel de la ausencia
y hemos soñado tanto con Florencia
cuando el centauro de la noche muerde.
Siempre tendremos una dalia negra,
una mancha de tinta en la alegría,
nuestra alfombra sin vuelos a Turquía,
el goce en la maldad que nos alegra.
¿Quién de todos lanzar podrá la rosa
o la piedra que rompe toda cosa?
Si el hombre es fiera que al sentirse herida,
no sabe si volver a su guarida,
lastimosa gemir cuando ya muere
o afanosa lamer a quien la hiere.
Mercedes Valdés Martínez, Cuba
De su libro “Me Golpean los Cascos de la Lluvia”
A GUSTAVO ADOLFO BECQUER
De su dueño tal vez esté olvidada,
silenciosa y cubierta ya de gloria,
mas la pluma quedó y en nuestra historia
tu rima y tu leyenda consagrada.
Bello acento, fluida la cascada.
Voz inmortal que hiere la memoria.
Golondrinas vendrán y como noria
elevarán su trino en la escalada.
De vino que se junta con la miel
son tus versos, Gustavo, tus poemas;
leerlos estremece nuestra piel.
Que olvide tu recuerdo nunca temas,
amarga fue tu muerte cual la hiel,
tu memoria, ascua con que me quemas.
Isabel Diez Serrano, España
De Frente de Afirmación Hispanista, 2004
COMO LOS CLAVOS.
El martirio del clavo es saberse clavado.
El martillo orgulloso de ser el autor
Recomienda dar golpes con recto vigor
en la plana cabeza del clavo ocupado.
Duele al clavo ser clavo y estar separado
de los clavos hermanos, en bello montón
donde todos gemelos dormitan y son
con destino de clavo; pero aún inclavado.
Duele al clavo estar preso, siendo un carcelero
de la tabla y el poste clavados por él,
que ejerciendo es esclavo esposado al esmero
y el esmero motivo de néctar y hiel.
Enterrado se entierra con doble papel.
Como clavo los clavos se clavan primero.
Eliana Godoy Godoy, + Chilena
RECUERDO DE MI AMOR EN TU FIGURA
Tú y yo vivos, entre ruinas y paredes;
tú viniste, consumido, hacia las horas
de besar las madrugadas, las demoras
donde alcanzas lo que quieres y no puedes.
En derredor, un sinónimo de redes
nos rindieron ansiedad y desventura;
a lo lejos, el menguante, la ternura
y a su luz, que en mi temor palidecía,
te embrujó la indescifrable travesía
y el recuerdo de mi amor en tu figura.
Mariana Pérez Pérez, Cuba
De su libro “Cierta Llama”
VELAMEN
Un pez de ojos malos fluye
por los cristales del sueño.
El pez que en otros se apaga
en mi perdura lascivo.
¡Se torna mi corazón
blando cántaro de sal!
Cimbran ayer las espumas
de la inocencia los odres.
Su mirar sube a las costas.
La sombra en la espiga canta.
Ileana Álvarez González, Cuba
De su libro “Los ojos de Dios me están mirando”
EN UN TREN DEL RECUERDO
Estas calles heridas de palomas
con silencios más grandes que los gritos,
son oscuras nostalgias de granitos
desnudas por el tiempo y sus maromas.
Estas calles sin puntos y sin comas
ocultan caras de trenzados mitos
en los roncos diluvios infinitos
que nos ladran en todos los idiomas.
Y en la espera que el sol se me desborde
en estas calles donde el alma llueve,
de Serrat, voy fumando algún acorde
en los ojos cansados de esta nieve
donde suda la luz por cada borde
en un tren del recuerdo de las nueve.
Jesús Álvarez Pedraza, EUA-Cuba
MAR
Bestia divina. Mi perfil herido
que a zarpazo en tu orilla se desata,
con su lengua salobre te rescata
de cadenas de espuma y de bramido.
Suelto mis barcos de papel y mido
tus exactos dominios de pirata,
a ver si el corazón se me dilata
o en tu testa lo dejas embestido.
Ah, dame tu demencia de lirismo,
oculta con tu voz en el abismo
rosado y musical de un caracol.
Y en tus horas de lánguidos cristales,
apágame en tu lecho de corales
y enciéndeme en la puesta de tu Sol.
Gonzalo Espinel Cedeño, Ecuador
De su libro «Árbol con Alas»
DE LA SOLEDAD
Yo también te conozco, oscura dama
vestida de silencios y de olvido,
de pájaros lejanos, solo el nido,
el mutis de una lágrima en la cama.
El té por hacer, la voluble llama,
la puerta por abrir, el pan dormido,
el poema amarillento, enmudecido,
amor que es sólo sombras, no la flama.
Arde en la piel una canción de muerte,
la barca a la deriva a contrafuerte.
Te siento, soledad, acepto el reto
y mientras sueño el canto de los trigos,
con Cronos y la Parca por testigos
de tu espada me sangra este soneto.
Lorenzo Suarez Crespo, Cuba
AMOROSA PRESENCIA
El cielo de la noche cayó sobre el jazmín
y fue más alto el muro siguiendo a las estrellas
Ebrio, trepé la escala del perfume
detrás de tus cabellos…
Más alto aún, al ritmo del deseo.
sólo entrevisto entre las varas verdes.
desafiante, el muro.
La ventana encendida
promete acaso tu mirada breve
tras los visillos, distraídamente…
Ebriedad suprema,
el jazmín va de ronda por tu calle.
Asciendo hasta tus ojos
por la cortina de luz
que atraviesa los cristales
en el instante mismo en que tus manos
cerraron las persianas.
Julio Pérez Tejera, Gran Canaria
De su libro “Amorosa Presencia”
EL BESO DE SAFO
Más pulidos que el mármol transparente,
más blancos que los blancos vellocinos,
se anudan los dos cuerpos femeninos
en un grupo escultórico y ardiente.
Ancas de cebra, escorzos de serpiente,
combas rotundas, senos colombinos,
una lumbre los labios purpurinos,
y las dos cabelleras un torrente.
En el vivo combate, los pezones
que se embisten, parece dos pitones
trabados en eróticas pendencias.
Y en medo de los muslos enlazados,
dos rosas de capullos inviolados
destilan y confunden sus esencias.
Efrén Rebolledo, México (1877-1
EL CAZADOR
Regresaba de caza, mas extravió el camino,
y alegre, al trote vivo de su cabalgadura,
llegóse hasta el albergue pobre del campesino
con una corza muerta cruzada en la montura.
Esa noche la cena se prestigió de vino,
la niña de la casa retocó su hermosura,
y al tierno y suave influjo del calor hogarino
nació el más suave y tierno calor de la aventura.
Y él marchóse de prisa la mañana siguiente…
Quizás entre la noche ––celestina prudente––,
hizo algún juramento que le entreabrió la puerta;
mas él no recordaba… Marchó por la campiña,
alegre, como vino; y el alma de la niña
cruzada en la montura como una cierva muerta.
Rubén Ma
rtínez Villena, Cuba
CONNUBIO Y VISIÓN EN LA ALCOBA
Consumado el placer, un nerviosismo
sutil y doloroso me espolea,
y la carne invencida se recrea
en ese breve vértigo de abismo.
La acendrada ignición del erotismo
pone sobre mis párpados su hiblea;
y en mis ojos cerrados se pasea
la roja caravana del sadismo.
Entonces ella, de mi ardor triunfante,
rompiendo la estrechez de aquel connubio,
salta del lecho con andar de loba.
Eva, la vi, bajo el reflejo rubio,
blanca y desnuda: parecía un gigante
lirio que deambulaba por la alcoba.
Regino E. Boti, Cuba
Origen: CARTA_LÍRICA_DESBDE_MIAMI